Como acabo de mencionar, el café ecológico está, en muchos casos, asociado al Comercio Justo. Algo que no es de extrañar teniendo en cuenta los valores por los que se rige la plataforma promovida por la ONU, diversas ONG y también por movimientos políticos y sociales afines al ecologismo y al pacifismo.
Pero, ¿cuál es el objetivo de los productos de Comercio Justo? Principalmente, contribuir al desarrollo integral de los pueblos, a través de la sostenibilidad económica, social y ambiental. Además, en los campos donde se cultiva el café ecológico se fomentan valores tan importantes como:
La igualdad entre hombres y mujeres
Que los salarios que se paguen sean realmente dignos, de manera que sus trabajadores puedan vivir tal y como se merecen.
Se evita tener el mayor número de intermediarios posibles, de manera que el producto vaya, directamente o prácticamente, del campo al consumidor.
Producción sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Como ves, esta es una de las razones potentes por las que tomar café ecológico. En Aromas de Té puedes hacerte con el café Tunki a la naranja, de Perú. El mismo, además de contar con el debido sello que certifica que se trata de un producto ecológico, también tiene una emocionante historia detrás que merece la pena ser contada.
Es la historia de Wilson Sucaticona, un humilde campesino, que pasó de ser una persona desconocida, a producir y vender uno de los cafés mejor considerados del mundo. Para ello tuvo que trabajar duro, pero nunca perdió de vista los valores del Comercio Justo, gracias a los cuales hoy su café también forma parte de esta distinción. Sin duda, se trata de un café único.