En el bar o en la cafetería tendrás que confiar en el arte de la persona que te lo prepara, pero si lo haces en casa, te aconsejo que tomes nota de los siguientes datos:
Utiliza agua mineral en lugar de agua de grifo. De esta manera conseguiremos, por un lado, que el sabor del agua no influya en nuestra bebida y, por otro, que la cantidad de cal sea mucho menor. Aún así y en lo que respecta a la cal, te recomiendo que limpies tu máquina cada dos meses, utilizando unas pastillas adecuadas para tal fin.
La cantidad. Los baristas recomiendan 7 gramos de café expresso por cada taza y, un pequeño consejo: cuando lo pongas en tu cafetera, dale un pequeño toque al dosificador, de manera que se reparta el polvo de forma uniforme.
¡Ojo con el tiempo! El café expresso se hace rápido, pero no estará listo hasta que el café que salga de la cafetera sea homogéneo y tenga un flujo continuo. Si ves que esto no sucede, prensa el café más fuerte.
Una vez preparad, para que todo salga redondo también hay que tener en cuenta la taza en la que se sirve. Y es que el café expresso italiano por excelencia se sirve en taza blanca, de porcelana y pequeña. Tendrá la cantidad justa para beberlo, prácticamente, de un sorbo.
Pero no sólo eso, ¿quieres saber un truco para saber si lo has preparado bien o no? Fíjate en la espuma superior que queda: si no está, es que está mal hecho y si está, pero tiene grumos, también. Ten en cuenta lo que te he dicho más arriba: es fina y de color rubio.
A este respecto, siempre que pidas este tipo de café en un bar, lo mejor es que te lo tomes en la barra. ¿Por qué? Porque si esperas a tomártelo tranquilamente en la mesa, la espuma desaparecerá y te perderás la esencia más pura, ya que es en ella donde más se sienten el sabor y el aroma que antes he comentado.
Por supuesto, a este tipo no se le suele echar leche, pero en los últimos años, con el auge de las cafeteras monodosis para utilizar en casa, cada vez hay más variedades y, entre otras, una conocida marca de máquinas de café expresso para hogar ha elaborado el expresso macchiato, que no es otra cosa que el expresso de toda la vida, pero con una gota de leche, de manera que suaviza el sabor y, por supuesto, cambia el color.